Las visitas domiciliarias se han entrelazado al servicio de la Familia Vicenciana desde su inicio. Al fundar las primeras Cofradías de la Caridad en 1617, Vincente ordenó a los miembros que fueran de «dos en dos» para visitar a los enfermos y los desfavorecidos. Esta práctica se extendió tanto a la Congregación de la Misión como a las Hijas de la Caridad. De hecho, Vincente invirtió la vida típica del convento, diciéndole a las Hijas que su convento debía ser el hogar de los enfermos. Continuando con este espíritu, Federico Ozanam hizo de las visitas domiciliarias el «trabajo principal» de la Sociedad de San Vicente de Paúl. El Padre Robert Maloney demuestra, así, cómo las visitas domiciliarias llegaron a definir el servicio de la Familia Vicenciana. Esto plantea la pregunta: ¿cómo realizar una visita a domicilio? El Padre Maloney reflexiona sobre la sabiduría de los Evangelios y de Vicente en este sentido. Los temas de escucha, amistad y honestidad surgen, al igual que la necesidad de trabajar con el empoderamiento de las personas para fomentar el cambio sistémico en sus vidas. Al implementar estas lecciones, la Familia Vicenciana hoy sigue una tradición de siglos de servicio efectivo e íntimo a los pobres.

 

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Preguntas:

  1. Jesús advirtió de «ver sin ver»: ¿cómo podemos evitar esto?
  2. ¿Cómo podemos empoderar mejor al individuo a través de nuestras visitas domiciliarias?