La Alianza Famvin se creó con el objetivo de acabar con el sinhogarismo, una casa a la vez. Esta idea llevó a Ana María Escaño en Malitbog (Leyte del Sur) en Filipinas, a lanzar el proyecto “Solo una casa”. Una iniciativa que esperamos pueda ser un modelo fácilmente reproducible en otros lugares.

Ana María forma para de la Juventud Mariana Vicentina (JMV), aunque no hay un grupo local. A pesar de la falta de presencia vicentina, Ana María se sintió empujada dado el nivel de necesidad en la zona. Busca movilizar a la comunidad, líderes locales y funcionarios para apoyar a los más pobres de los pobres involucrando a los vecinos, parientes y voluntarios.

El primer paso es encontrar a gente residiendo en viviendas inadecuadas. Se centran en beneficiarios que ya poseen tierra. Si no, intentan llegar a un acuerdo escrito con los propietarios antes de construir la nueva casa. Al proceso de construcción le siguen más apoyos para proporcionar formación, emprendimiento y empleo. 

Hasta el momento han construido 10 casas. Roberto Cañon Jr fue uno de los primeros identificados. Vive en Lambunao, un barangay (barrio) en Malitbog. Roberto se gana la vida trepando cocoteros. Puede llegar a trepar 80 árboles al día, pero solo se pueden cosechar cada dos meses y medio. Su mujer, Adelfa, sufrió un derrame y permanece en cama. No puede ir a otros pueblos a trabajar porque tiene que preparar la comida para Adelfa y sus hijas.

Hay muchas más historias como las de Roberto, que tan solo necesitan una casa para comenzar su camino a una nueva vida. Seguiremos contando como este proyecto sigue cambiando vidas como las de Roberto y su familia. Esperamos que la iniciativa “Solo una casa” pueda ser replicada por ramas y grupos parroquiales en todo el mundo. Incluso rehabilitar una casa ya existente será un paso fundamental en nuestro camino para acabar con el sinhogarismo ¡con solo una casa a la vez!