¿Qué hubiera pensado San Vicente de Paúl del World’s Biggest Sleep Out? Parece muy distante de su visión de la caridad, una actividad silenciosa de amor y servicio. Hubiese apoyado sin dudarlo el objetivo de recaudar dinero, porque siempre tuvo claro que hacía falta para realizar el trabajo ¿Se hubiera regocijado de que tanta gente se preocupara tanto por los sinhogar como para dormir una noche en la calle como gesto de solidaridad? Él dijo en su momento “es muy difícil hacer algo bueno sin generar conflictos”, así que tal vez él hubiera entendido esta forma del siglo XXI de responder al sinhogarimo.
Vicencianos posteriores vieron claramente que el trabajo no acaba solo con prestar ayuda inmediata. Frederic Ozanam, el fundador de la Sociedad de San Vicente de Paúl, dijo “no debes conformarte con con ayudar a los pobres a superar la crisis de pobreza, debes estudiar su condición y las injusticias que han provocado dicha pobreza para conseguir mejoras a largo plazo”. En nuestra época, la Familia Vicenciana ha explorado la idea de trabajar por el “cambio sistémico” como parte de la misión Vicenciana.
En nuestro rol en la sociedad civil, debemos encontrar un equilibrio entre presionar a la gente con poder para conseguir cambios sistémicos, y decir la verdad sobre cómo la sociedad y los políticos fallan a la gente. No siempre es fácil, y el Big Sleep Out nos refuerza en esa área. Cuánta más gente entienda por qué importa el sinhogarismo, y se preocupe lo suficiente como para dormir al raso, más fácil será para nosotros tanto persuadir y, cuando sea necesario, protestar.
Tanto si San Vicente hubiese organizado una acampada o no, sí que nos sirve como ejemplo para hacer cosas nuevas y de hablar a los poderosos para que lleven a cabo su trabajo. Necesitamos tener el valor de hacer lo mismo, y la confianza para aprovechar las posibilidades de nuestro propio tiempo para llevar la misión vicenciana a nuevos lugares.