55 personas de ocho familias han accedido a las primeras casas construidas en el proyecto “Mitso Esperanza – Villa San Vicente de Paúl”, en Puerto Eten, Perú. Este ambicioso proyecto forma parte de la Campaña “13 Casas”. La Familia Vicentina ha inaugurado y bendecido el primer lote de viviendas de un total de 250 que esperan construir en los próximos años. Entre las familias que ya disfrutan de un nuevo techo se encuentran varias familias de refugiados venezolanos además de personas sin hogar o vulnerables, así como mujeres víctimas de violencia. Como una muestra más de su inspiración vicentina este primer lote de casas lleva el nombre de Santa Luisa de Marillac.
La Familia Vicentina de Lambayeque, en el noroeste del Perú, ha impulsado este proyecto a través de su asociación sin fines de lucro “Color Esperanza – Voluntad de Ayudar” en la que participan la Congregación de la Misión, la Sociedad de San Vicente de Paúl, la AIC, la Juventud Mariana Vicentina, exalumnos de los colegios vicentinos y feligreses de la parroquia. En el acto de apertura y bendición participaron autoridades locales e integrantes de Color Esperanza, así el párroco de Puerto Eten y varios sacerdotes de la Congregación de misión. Yasmine Cajuste, gerente de proyecto de la Alianza Famvin con las personas sin hogar, también intervino en la presentación. En el inicio del proyecto fue fundamental el esfuerzo del padre Ricardo Cruz Huamán CM, nuestro embajador voluntario en Perú, que ahora está destinado en Pisco, al sur de la capital del país, donde continúa su labor con los más pobres de los pobres.
Este primer lote se ha edificado sobre un terreno donado a la asociación de 2,5 hectáreas. Se ha realizado el saneamiento, así como la conexión con los servicios básicos de agua y electricidad. Los trabajos se han realizado sobre todo el terreno, para dejarlo ya preparado para las siguientes fases del proyecto. Cada una de las nuevas viviendas cuenta con dos habitaciones, cocina-comedor, lavandería, baños y con servicios básicos de luz y agua las 24 horas del día. «Mi familia y yo damos gracias a Dios porque, a través del buen corazón de la Familia Vicentina, hemos sido seleccionados para esta casa, donde estamos cómodos y seguros», asegura Ruth Elena Mendoza, que ya ocupa junto a su familia su nuevo hogar. Las familias que han accedido a las nuevas casas ya vivían en la zona de albergue temporal del proyecto, formada por cinco módulos prefabricados para las casas y uno grande para el refugio con capacidad para 20 personas.
El área de vivienda es solo uno de los tres componentes del proyecto “Mitso Esperanza – Villa San Vicente de Paúl”, los otros dos se corresponden con las áreas de capacitación y talleres productivos; salud y desarrollo personal recreativo y espiritual. El objetivo es que las personas que residan en la Villa mejoren sus capacidades de generar ingresos y permitan que el proyecto sea autosuficiente y sostenible y en las mejores condiciones, en un claro ejemplo de cambio sistémico vicentino.
La Familia Vicentina de Lambayeque desde su asociación Color Esperanza no solo ha estado trabajando para poder completar la Villa San Vicente de Paúl. Durante los peores momentos de la epidemia de Covid19 mantuvieron abierto su comedor social para poder seguir atendiendo a las necesidades de las personas que se vieron afectadas, además, albergaron a migrantes y personas sin hogar para protegerlas de la pandemia.