Pocos países han sido tan golpeados por desastres naturales y por la Historia como Haití. Pero siendo un país con una larga tradición vicenciana ¡estaba destinado a unirse a la Campaña “13 Casas”!
Las Hermanas de la Caridad de Santa Isabel, una rama vicenciana, han unido fuerzas con las Hermanas Dominicas para construir 13 casas para 65 personas, que se encuentran viviendo en alojamientos inadecuados, mediante la creación de comunidades más fuertes y sanas y la transformación de vidas. Esto también forma parte de un trabajo más amplio de ayuda ante desastres en la nación caribeña.
La familia en la foto vio su hogar desmoronarse debido al terremoto de 2010, aunque están agradecidos de poder escapar con vida. Algunos de sus conocidos no corrieron la misma suerte. Durante los últimos 10 años, esta familia no ha tenido un hogar, viviendo entre amigos y parientes, donde a menudo la familia era demasiado grande para mantenerse junta.
Hace un año, alguien que conocían en Cuvier, donde están las escuelas de las Hermanas de la Caridad, le ofreció a esta familia alojarse en una vivienda en mal estado, que no es posible dignificarla llamándola hogar. El pastor Jordany, director de la escuela, conoció a la familia y sus circunstancias y animó a los niños a ir a la escuela donde la matrícula y los uniformes son gratuitos. También los introdujo de manera prioritaria en la lista para el proyecto “13 Casas”. Un hogar construido para ellos era un sueño que jamás hubieran imaginado. Por primera vez en 10 años, la familia puede estar junta sin temor al desalojo o siendo desplazados.
El proyecto de las Hermanas de la Caridad va más allá de proporcionar un hogar. La familia también ha podido acceder a los servicios de emergencia de las Hermanas durante la pandemia, que incluyen comida, mascarillas, jabón y desinfectante. Adicionalmente les regalaron dos cabras como parte del programa Pay It Forward, que proporciona una fuente de ingreso y alimentación. Los beneficiarios del programa “13 Casas” tienen acceso a algunos (si es que no todos) de los ocho programas de las Hermanas. Las mujeres tienen la opción de enviar a sus hijos a la escuela, trabajar en el jardín, aprender un oficio en las escuelas de costura y de cocina, recibir alimentos cuando hay alguna crisis u obtener un préstamo para comenzar su propio negocio.
Sabemos, de hecho, por las mujeres que ya han pasado por los programas que su participación sido transformadora para ellas, sus vidas y sus familias. Les ha brindado esperanza para su futuro, confianza en ellas mismas y las ha empoderado a esforzarse no solo para mejorar sus propias vidas sino que para ayudar a mejorar sus comunidades.