Hadeeja finalmente puede sonreír. Y lo hace mientras sostiene la placa de la Campaña “13 Casas” frente a su nuevo hogar junto a sus tres hijos y su hija. Para esta madre viuda de Mtindu, Tanzania, la Campaña representa una oportunidad para comenzar de nuevo y de una vida mejor para ella y sus hijos. Hadeeja vivía en un pequeño cuarto alquilado, sin embargo, debido a sus problemas de salud no puede trabajar por lo que no podía pagar el alquiler ni proveer alimentos para su familia.
Esta situación hizo que el padre Christian Panduka CM y las Hermanas de la Misericordia de San Vicente de Paúl, las ramas que colaboran en el proyecto, la recomendaran como beneficiaria de la Campaña. La Familia Vicenciana en Tanzania está construyendo 13 Casas en las nueve diócesis donde tienen presencia en este país del este africano. Hasta el momento, seis de las 13 casa ya han sido construidas.
Hadeeja y sus hijos cumplen con el perfil en el que se centra la Familia Vicenciana en Tanzania. Saben que muchas familias que viven de alquiler corren el riesgo de ser desahuciadas, ya que el alquiler y las facturas se llevan la mayor parte de sus escasos ingresos. La estigmatización y la vergüenza que esto conlleva se suma a la inseguridad y los constantes cambios de dirección afectan la educación de los niños. Además, según los vicencianos locales, las mujeres y los niños no están seguros en habitaciones alquiladas ya que están más expuestos, sobre todo cuando sus parientes masculinos están lejos trabajando.
Ya que Hadeeja no poseía un terreno, el primer paso de la Familia Vicenciana fue comprar un terreno a su nombre. El transporte de materiales y la disponibilidad de agua retrasaron la construcción, sin embargo la Familia Vicenciana pudo superar estos problemas. Construyeron una casa con tres habitaciones, un comedor y espacio para almacenamiento. Siguiendo las costumbres locales, la cocina y los baños están fuera de la casa. También construyeron una fosa séptica y les proporcionaron el saneamiento adecuado.
La Familia Vicenciana espera que vivir en un hogar decente y más seguro en el futuro “cause una reacción en cadena de mejoras en sus vidas”. Ahora las familias pueden gastar dinero en comida saludable, buena atención medica y educación para sus hijos, quienes ahora tienen un mejor lugar para estudiar. Un buen nivel vida, en su propia casa es crucial para mejor su autoestima.
Este proyecto de las “13 Casas” muestra también el alcance ecuménico de la Campaña y del trabajo vicenciano con los más pobres de los pobres. Hadeeja y su familia son musulmanes, pero eso no fue impedimento para beneficiarse de la Campaña. La única diferencia fue que su nueva casa no fue formalmente bendecida. Como dijo San Vicente de Paúl “Lo que cuenta es que la obra de Dios se lleve a cabo, sin importar por quién.”
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