El 14 de octubre del 2017 me paré en las escaleras de San Pedro en Roma, frente a más de 10,000 miembros de la Familia Vicentina de todo el mundo, para anunciar el establecimiento de la Alianza Famvin con las personas sin hogar como una iniciativa conjunta de la Familia Vicentina global. Tenía algunos objetivos muy ambiciosos y probablemente el más ambicioso de todos fue la Campaña «13 Casas”. Un plan para reunir a todas las ramas de la Familia Vicentina con el fin de albergar a 10,000 personas sin hogar durante un período de seis años a partir del 2018.
Cinco años después, estamos encantados de informar que la Campaña «13 Casas» ahora abarca 103 proyectos diferentes en 65 países, ayudando a más de nuestro objetivo de 10,000 personas a encontrar vivienda, cuando aún queda un año más por delante. Tenemos muchos países nuevos en proyecto y espero que podamos aumentar nuestro alcance para ayudar a muchas más personas vulnerables de cara al Año del Jubileo en el 2025.
Estoy particularmente orgulloso del buen trabajo realizado por la Familia Vicentina en áreas donde recaudar dinero o reunir a la gente ha resultado muy difícil. Por ejemplo, las Hijas de la Caridad en Burkina Faso y su trabajo con poblaciones desplazadas. O en Guatemala, donde los vicentinos, en colaboración, han albergado a 35 familias que perdieron sus casas tras una erupción volcánica.
También podríamos señalar Rumania, donde la Sociedad de San Vicente de Paúl se ha ocupado de familias cuyos hijos estaban constantemente enfermos debido a una vivienda inadecuada. O la Sociedad de San Vicente de Paúl en Australia, que ha proporcionado más de 500 unidades de vivienda a la Campaña: un logro sorprendente. También agradezco a las Hermanas de la Caridad de Nazaret que han construido casas en circunstancias muy difíciles en lugares como Nepal, Belice y Botswana.
Todos estos increíbles proyectos muestran que el carisma vicentino de “acción en lugar de palabras” está vivo y creciendo en todo el mundo, como lo ha estado durante los últimos 400 años. Ha sido un verdadero honor ser parte de esta increíble iniciativa y creo que hay mucho más por venir, lo cual es bueno dado el tamaño y la escala del problema.
La etiqueta de “sin hogar” es particularmente conmovedora dada la historia de la natividad. No sólo se aplica a quienes vemos durmiendo en nuestras calles, sino que también abarca a cientos de millones de refugiados, desplazados internos y quienes viven en barrios marginales y favelas en todo el mundo. La suma de estas diferentes formas de sinhogarismo indica que una de cada ocho personas en este planeta, alrededor de 1,400 millones de personas, carece de un hogar seguro.
La raíz del sinhogarismo es la pobreza en todas sus formas. Para la mayoría es material: literalmente no tienen dinero ni recursos en absoluto. Pero hay otras pobrezas relacionadas con la salud, la salud mental, la adicción, los problemas relacionales y la ruptura familiar. Sin duda, debemos proporcionar vivienda, pero también apoyo, atención y amor que puedan ayudar a las personas a superar otros problemas que les afectan.
Gracias a todos los que han apoyado nuestro trabajo y gracias especialmente al dedicado equipo que trabaja para la Alianza Famvin con las personas sin hogar que ha hecho posible lo imposible. ¡Qué tengan una feliz y bendecida Navidad y qué renovemos nuestros esfuerzos el próximo año!
Mark McGreevy OBE
Presidente del Grupo Depaul International