En el 2015, el papa Francisco publicó Laudato Si’, una encíclica sobre el cambio climático y la desigualdad. La siguiente es una reflexión sobre sus palabras y una consideración de cómo Laudato Si’ comunica y afirma, a la vez, el trabajo de Alianza Famvin con las personas sin hogar. La reflexión se publicará en tres partes.
A su vez, te pedimos que reflexiones sobre qué contribuciones únicas podría aportar la Familia Vicentina al movimiento por la justicia ambiental y social.
La Alianza Famvin con las personas sin hogar busca crear redes vicentinas en todo el mundo. En Laudato Si’, el Papa declara su fe en la capacidad de las comunidades locales para unirse y resolver los problemas sociales que experimentan los miembros de su comunidad.
La sociedad, también, se enriquece con un sinnúmero de organizaciones que trabajan para promover el bien común y defender el medio ambiente… En torno a estas acciones comunitarias se desarrollan o se recuperan relaciones y surge un nuevo tejido social… Estas acciones cultivan una identidad compartida, con una historia que se puede recordar y transmitir. De esta forma, se cuida el mundo y la calidad de vida de las personas más pobres, con un sentido de solidaridad y, al mismo tiempo, consciente de que vivimos en una casa común que Dios nos ha confiado (art.232).
Estas palabras tienen un parecido sorprendente con la misión de la Campaña “13 Casas” de la FHA, que se lanzó en el 2018. La campaña busca promover la colaboración entre las diversas ramas de la Familia Vicentina con la aspiración de poner fin al sinhogarismo, una casa a la vez. En el centro de la campaña está el reconocimiento de que es posible actuar localmente y tener un impacto global. Cualquier medida que cambie el mundo, empodere a las personas más pobres entre los pobres y detenga el impacto perjudicial del cambio climático se basará en los esfuerzos innovadores instigados por las comunidades locales.
Por ejemplo, el proyecto “13 Casas” del Distrito de Palakkad, Kerala, India, fue promovido por la Sociedad Vicentina de Servicios para el Desarrollo Rural (VSSCRD) en respuesta a las evacuaciones a gran escala que se habían producido tras las inundaciones y deslizamientos de tierra. Muchas casas fueron severamente dañadas y destruidas y las familias se han empobrecido, perdiendo, no solo sus posesiones, sino también sus medios de vida. Por lo tanto, el VSSCRD construyó viviendas asequibles y robustas que permitirían a las víctimas de las inundaciones permanecer en su tierra natal, elevarlas a un nivel de vida básico y protegerlas de futuros desastres naturales.
La dinamización de las redes comunitarias es vital para resolver los problemas sociales, especialmente, los del medio ambiente. Debemos recordar que “no estamos desconectados del resto de las criaturas, sino unidos en una espléndida comunión universal” (art. 220) y recuperar la convicción de que “tenemos una responsabilidad compartida con los demás y con el mundo” (art. 229). Al hacerlo, podríamos tener la oportunidad de revertir la crisis ambiental y socioeconómica que se avecina.