Frederic Ozanam dijo una vez: “La caridad no debe nunca mirar al pasado, sino siempre al futuro, porque el número de sus trabajos pasados es aún muy pequeño y las desdichas presentes y futuras que aliviar son infinitas.” Sus palabras resuenan en nosotros y las tuvimos en cuenta cuando comenzamos a conceptualizar nuestro camino para el futuro. Como era de esperar, nos fijamos objetivos ambiciosos que reflejan la fuerza y determiniacion de la Familia Vicenciana en todo el mundo.
En los años anteriores, centramos nuestros esfuerzos en las personas que viven en la calle como una de las formas más graves de sinhogarismo. Las respuestas prácticas que vimos en este campo nos mostraron que la Familia Vicenciana opera en prácticamente cualquier ambiente. Mientras que continuamos sirviendo a aquellos que viven en las calles, en los años venideros, nos centraremos en las necesidades de los habitantes de barrios marginales, refugiados y desplazados internos. A menudo, viven en terribles condiciones y aquellos que han sido desplazados no solo han lidiado con el impacto de perder su hogar, sino también con un viaje a menudo traumático hacia la seguridad y el comienzo de una nueva vida.
Reflexionar sobre qué más podemos hacer para ayudar a los vicencianos a responder a su difícil situación nos ayudó a trazar nuestro camino para el futuro. Como de costumbre, aquellos a los que servimos están en el centro de todo lo que hacemos, siendo nuestro objetivo central mejorar y transformar la vida de personas sin hogar, esta vez centrándonos en habitantes de barrios marginales y personas desplazadas. Dentro de esto, también tenemos en cuenta problemas que afectan a esos grupos de manera desproporcionada como el cambio climático, la desigualdad de género y la trata de personas; y exploramos su relación con el sinhogarismo. Buscaremos la colaboración con los grupos vicencianos que ya trabajan en estas áreas para incorporar su experiencia en nuestras propuestas.
Así mismo, continuaremos construyendo capacidad mundial en la Familia Viceniana mediante la organización de conferencias y webinars para apoyar el intercambio de conocimiento. Es crucial para nosotros fomentar el cambio estructural. Como vicencianos sabemos que “no basta con hacer el bien, hay que hacerlo bien” (San Vicente de Paúl). Y nuestra habilidad para afectar el cambio sistemico creará a su vez futuros más positivos para los más pobres. Esto se extiende a la participación comunitaria que buscaremos facilitar durante los próximos años, asegurándonos de que destacamos la experiencia disponible y permitimos mejoras en iniciativas de base. Por último pero no menos importante, entendemos que la comunicación para un cambio social es un elemento básico. Necesitamos crear conciencia del sufriemiento de las personas sin hogar, los habitantes de barrios marginales, desplazados internos y refugiados y los desafíos a los que se enfrentan; Necesitamos asegurar que se oiga su voz, no solo en nuestras comunidades, sino a nivel mundial.
Estamos ilusionados con lo que nos espera en el futuro y estamos ansiosos unirnos a ustedes en este camino, y si bien todavía falta mucho por venir y el camino es largo, permítannos recordarles estas palabras de San Vicente de Paúl: “La naturaleza hace a los árboles echar raíces profundas antes de hacerlos dar frutos, e incluso esto sucede poco a poco.”