El acceso al agua es uno de los derechos básicos que, lamentablemente, todavía se les niega a muchas personas en todo el mundo.

Este es el caso de Botswana, donde las lluvias son escasas y debido a la escasez de agua es muy difícil para las familias cubrir sus necesidades más básicas como cocinar, beber, bañarse y lavar la ropa.

Muchas personas en las áreas rurales son demasiado pobres para permitirse una instalación de almacenamiento de agua. En algunas aldeas, el Gobierno local ha instalado el  suministro de agua a través de sus programas sociales; sin embargo, la cantidad de agua suministrada no siempre es suficiente para el consumo doméstico dado.

La escasez de agua es una amenaza para la salud e higiene de las personas, afecta negativamente a las familias y comunidades; y sin agua limpia y de fácil acceso, las personas pueden quedar atrapadas en la pobreza durante generaciones. Los niños que sufren de mala salud pueden abandonar la escuela y los padres tienen dificultades para ganarse la vida. El acceso al agua es un trampolín para salir de la pobreza: cuando las personas lo tienen, están en mejores condiciones para practicar una buena higiene y saneamiento, están menos expuestos a enfermedades, pueden mantener a sus familias y volver a encarrilar su vida.

Además, no solo el agua, sino también la vivienda, la educación y el empleo son derechos básicos que todavía se niegan a muchas personas en Botswana.

De cara a dicha situación, las Hermanas de la Caridad de Nazaret desarrollaron su proyecto con el objetivo de ayudar a las familias que viven en la pobreza construyendo dos casas nuevas, reparando otras cuatro y proporcionando siete tanques de agua para facilitar el acceso al agua.

A través de este proyecto, las Hermanas ayudarán a 13 familias a salir de la marginación y apoyarán su derecho a una vivienda digna, acceso al agua, trabajo y educación para que puedan romper el ciclo de la pobreza.

La instalación de los tanques de agua de 5 mil litros ya se completó y los siete beneficiarios están muy contentos y ya llenaron sus tanques. Gracias a las tuberías de agua instaladas por el gobierno local, los tanques se llenan para su uso posterior tan pronto como el suministro de agua esté disponible. El costo general del agua en las aldeas es bajo y solo se encarece cuando no hay suministro de agua debido a la sequía.

Algunos de los beneficiarios usarán sus tanques de agua para cultivar vegetales y otros son tan generosos que están felices de compartir el agua con sus vecinos. Uno de los tanques incluso lleva el nombre de un niño, ya que heredará la propiedad de la familia en el futuro. Estamos muy agradecidos de escuchar todas estas historias de esperanza y felices de haber podido apoyar este proyecto.

A continuación, puede ver las imágenes de las familias involucradas: muchas están desempleadas y tienen hijos y nietos que deben cuidar. Por lo tanto, las Hermanas las apoyarán para que accedan al empleo y la educación a largo plazo.

Mirando hacia un futuro más brillante y sostenible, las Hermanas también están trabajando actualmente en la reparación de cuatro casas y la construcción de una nueva casa.

Estamos seguros de que las 13 familias se beneficiarán de este proyecto y estamos muy agradecidos de que la Campaña 13 Casas esté ayudando a garantizar que las personas puedan avanzar hacia una vida más digna: ¡un paso a la vez!