Parece que ya han pasado muchos días desde que nos encontramos el junio pasado en Sevilla en la Conferencia de la Alianza de la Familia Vicentina, unidos por el deseo de ayudar a otros. El recuerdo de los testimonios e historias que escuchamos permanece intacto en nuestros corazones.
En un día como hoy, Día Mundial del Sinhogarismo, nos gustaría compartir contigo la historia de Feth una vez más, para que sus palabras puedan ser el punto de partida para la reflexión, oración y acción al servicio de los que sufren en todo el mundo.
Las palabras de Feth nos recuerdan que millones de personas arriesgan sus vidas buscando un futuro mejor, lejos de las guerras, conflictos, desastres naturales y persecuciones.
Somos llamados a dar voz a este sufrimiento, no solo para asegurar que el derecho a una vida digna sea para todos y no solo para unos pocos sino también para asegurarnos de que nadie continúa a sufrir.
El sinhogarismo es un asunto complejo y dormir a la intemperie es una de sus muchas manifestaciones. La definición del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos –ACNUDH incluye personas que duermen en espacios abiertos o en coches; personas en acomodaciones temporales o de emergencia como campos, o acomodaciones para desplazados internos, refugiados o migrantes; y, personas que viven en habitaciones inadecuadas e inseguras, como los residentes en asentamientos informales.
Nosotros necesitamos actuar y promover iniciativas que busquen romper el ciclo de la pobreza. Solo así las personas que viven en situación de sinhogarismo serán capaces de vivir una vida digna.
Las Hijas de la Caridad en Sevilla lo saben muy bien pues sus proyectos de las 13 Casas. ‘Alma Vicenciana, ‘Historia de un Abrigo’ y ‘Ruth’, ayudan a muchos hombres y mujeres que son refugiados, víctimas de tráfico humano y solicitantes de asilo, a romper el ciclo del sinhogarismo y recomenzar sus vidas.
Dándoles casa, clases de español, acceso a comida, cuidados de salud, apoyo en la busca de empleo, formación y educación, las Hijas de la Caridad se aseguran de que sus necesidades estén cubiertas.
Feth es solo uno de los muchos testimonios de las extraordinarias mujeres que las Hijas de la Caridad ayudan cada día, garantizando que están seguras y a salvo de los riesgos del tráfico de personas y de las calles. El proyecto le ha dado a Feith un lugar seguro donde curarse de su trauma y continuar a perseguir sus sueños.
ATENCIÓN: La siguiente historia contiene relatos que pueden ser perturbadores para algunas audiencias.
La historia de Feth comenzó en Nigeria donde ella nació. Después de que su padre les abandonase, y su abuela y su madre no pudiesen hacerse más cargo de ella, Feth tuvo que mudarse con su padrastro que era violento y abusador.
En su 18 cumpleaños, su padrastro intentó forzarla a contraer matrimonio con un hombre mayor. Feth no pudo soportar aquel peso y salió de casa sin ningún lugar a donde ir. En palabras de Feith, ´Me sentí triste y perdida´.
Cuando ella estaba viviendo en la calle, una mujer le propuso irse a Libia, asegurándole que allí encontraría trabajo y un lugar donde asentarse. Sin otra opción, Feth comenzó el arriesgado viaje. El percurso duró 7 meses, a menudo viajando de noche en furgonetas llenas de gente. Durante el viaje, Feth sufrió abusos y robos de sus pertenencias. Feith dice ‘Fue parte del precio que tuve que pagar por ese viaje’.
Una vez que llegó a Libia, a Feth le dijeron que tenía que pagar todo el dinero que los traficantes le prestaron para el viaje. Durante 6 meses más, Feth fue obligada a vender su cuerpo para pagar la deuda- ‘Me sentía enferma…tuve que escapar’.
Un día, ella consiguió escapar pero tres hombres la violaron y la dejaron inconsciente. Ese día horrible, solo un transeúnte que pasaba le preguntó cómo estaba y la ayudó. Esa persona es hoy su marido, y juntos hicieron un viaje en dirección a Europa llenos de miedo, peligro, valentía y esperanza.
Es difícil expresar con palabras los peligros de ese tipo de viaje, pero podemos intentar entender lo que la gente pasa cuando reflexionamos sobre esto: se estima que, en 2021, más de 123,000 refugiados y migrantes llegaron a Europa, 29% más que en 2020. La grande mayoría llegó en travesías vía marítima, y en ellas 3,130 murieron o fueron dados como desaparecidos. (ACNUR)
Los proyectos de la Campaña 13 casas, como el de las Hijas de la Caridad, ayudan a personas que son refugiadas, víctimas de tráfico humano y solicitantes de asilo, a tener un espacio donde se pueden recuperar del trauma, estudiar, candidatarse a trabajos y vivir una vida digna.
Leyendo la historia de Feth, nosotros podemos aprender de su dolor, mientras estamos chocados y conmovidos, también nos llenamos de un gran sentimiento de admiración por el coraje de esta increíble mujer, que nunca desistió, que se mantuvo en pié a pesar de las dificultades y que encontró un refugio donde empezar a reconstruir su vida.
Al final de su testimonio en la Conferencia, Feth se dirigió a todas las mujeres del mundo con estas palabras muy fuertes: ‘Yo me dirijo a vosotras, mujeres del mundo, que tenéis miedo, que estáis sufriendo, salid de ahí. Vuestra felicidad depende de vosotras mismas, está en vuestras manos. Gracias a Dios y a vosotras que estáis escuchando la historia de mi vida.’
Esperamos que al leer esta historia una vez más, encuentren un momento para reflexionar sobre el sufrimiento de muchos refugiados y víctimas de tráfico humano en el mundo, para que los tengan presentes en vuestros corazones, oraciones y acciones.
Esta y otras historias de sufrimiento y esperanza son el alma de la Campaña de las 13 casas, y la razón porque estamos al servicio de los más necesitados en el mundo.
Nos gustaría aprovechar esta oportunidad para compartir la convocatoria de propuestas de la Campaña de las 13 casas. Por favor, compartan nuestra iniciativa con vuestras redes y contactos, con la esperanza de que llegue a más vicentinos y a más países necesitados. La convocatoria tiene como objetivo responder a las necesidades de personas que son refugiados, solicitantes de asilo, habitantes de barrios marginales y víctimas de tráfico humano. No importa el tamaño de la iniciativa, podemos caminar juntos para acabar con el sinhogarismo.
Como Yasmine Cajuste, la gestora de desarrollo de proyectos de la Alianza de la Familia Vicentina contra el sinhogarismo (FHA), nos recordó en la Conferencia: ‘Nosotros no hacemos nada, vosotros lo hacéis todo. De nuestro lado, apoyamos lo que vosotros hacéis en el terreno, facilitamos apoyo financiero para vuestros proyectos de las 13 casas y ayudamos a aumentar vuestra capacidad…no se trata de nosotros haciendo, se trata de vosotros haciendo. Nosotros os apoyamos para construir proyectos de cambio sistémico.’
Conozcan más sobre la Convocatoria de la Campaña 13 casas aquí. Únanse a nosotros. Una casa de cada vez.