El logotipo oficial del camino sinodalEn 2021, la Iglesia Católica comenzó un proceso sinodal que es un camino en el que toda la Iglesia reflexiona sobre el tema: “Por una Iglesia sinodal: comunión, participación y misión”.

La palabra «sínodo» indica el camino por el que caminan juntos el Pueblo de Dios; significa «caminar juntos«, mientras que todos tienen un papel que desempeñar (Efesios 4: 7). Tres verbos caracterizan este Sínodo: encontrar, escuchar y discernir. La Iglesia nos llama a convertirnos en expertos en el arte del encuentro, a escuchar al mundo y a los desafíos y cambios que nos presenta y a caminar juntos bajo la guía de la Palabra y en la fuerza del Espíritu, animados por la esperanza de ver este mundo transfigurado en el Reino de Dios, un reino de paz, justicia y alegría.

Una de las palabras clave del Sínodo actual es comunión, una palabra que San Pablo VI define como «cohesión y plenitud interior, en gracia, verdad y colaboración…». Esta definición significa mucho para nosotros, Vicencianos, que hemos elegido estar unidos y trabajar bien juntos, en otras palabras, caminar juntos. Sabemos que cuando nos unimos en apoyo de un propósito común suceden cosas increíbles. Sabemos que todo esfuerzo de colaboración conduce a una transformación.

En esta editorial, me gustaría subrayar el significado teológico de Comunión y Colaboración para nosotros los Vicencianos, como parte del Pueblo de Dios. Creados a imagen de la Divina Comunión, unidos a Cristo, juntos formamos en Cristo una sola familia y estamos llamados a vivir en una comunión de amor, en comunión de una multitud de hermanos y hermanas que no tienen más que «un solo corazón y una sola mente» (Actos 4: 32). Tanto la comunión como la colaboración tienen sus raíces en la naturaleza misma del Dios Trino, en su Koinonía. Es una cuestión de sinergia entre Dios y los fieles que se extiende para ser una sinergia entre todos los miembros de este cuerpo universal. Es una cuestión de coacción.

Vicencianos y Vicencianas, estamos llamados, hoy más que nunca, a estar unidos en nuestra diversidad y a trabajar juntos mientras caminamos por el camino hacia una «comunidad sinodal».

Estamos llamados a unir nuestros dones, carismas y recursos para co-actuar y ser respuesta a las crisis olvidadas y desatendidas, proporcionar vivienda y mejorar la vida de las personas a las que estamos aquí para servir, reconocer y abordar desafíos como el cambio climático y establecer programas de ayuda para los más necesitados.

 

Por Denise El-Khoury