Agua, medicinas, comida, un techo sobre la cabeza. Se trata de recursos esenciales a los que muchas personas en todo el mundo todavía no tienen acceso, y esta escasez cuenta historias de sufrimiento que lamentablemente se repiten. Acontecimientos recientes, como las devastadoras inundaciones en Libia que dejaron al menos 11,300 víctimas[1] y el terremoto en Marruecos que dejó a miles de personas sin hogar, nos recuerdan cuán crucial es la obra de San Vicente de Paúl.

Imagínense si San Vicente de Paúl estuviera hoy entre nosotros. Con su historia de dedicación a los más necesitados, sin duda nos instaría a continuar incansablemente con su misión. El 27 de septiembre, con motivo de la Fiesta de San Vicente de Paúl, tomemos un momento para reflexionar sobre el poder y la relevancia de servir a quienes viven el sinhogarismo. Su compromiso inquebrantable de ayudar a los pobres trasciende el tiempo y continúa inspirando a personas de todo el mundo a solidarizarse con los necesitados.

Como nos recuerda Yasmine Cajuste, gerente de desarrollo de proyectos de la FHA, en esta breve entrevista. La audacia de la Familia Vicentina en respuesta a la pandemia en el 2020 fue notable. Abordaron las crecientes necesidades de las familias sin hogar y, más tarde, ese mismo año, respondieron a la explosión en el Líbano, que repentinamente dejó a 300,000 personas sin hogar. Hoy, gracias a los esfuerzos combinados de la Familia Vicentina, la Campaña “13 Casas” está cada vez más cerca de su objetivo de transformar las vidas de 10,000 personas sin hogar en todo el mundo. En esta Entrevista de Vatican News El coordinador de la FHA, Mark McGreevy, destaca el legado de San Vicente al servicio de las personas sin hogar a través de la Campaña “13 Casas”.

Se nos recuerda una forma específica de sinhogarismo, en el mensaje del Papa Francisco con motivo de la Jornada Mundial de los Migrantes y Refugiados que se celebra el 24 de septiembre, el Papa Francisco destaca las complejidades y los desafíos que enfrentan los migrantes hoy en día. Destaca que la migración es a menudo una respuesta a conflictos, desastres naturales o la incapacidad de llevar una vida digna en la propia tierra natal. Este mensaje hace eco de la obra de San Vicente de Paúl durante tiempos de guerra, plaga y hambruna, donde brindó alivio a quienes se vieron obligados a abandonar sus hogares debido a circunstancias extremas. El Papa también destaca la importancia del derecho a no emigrar, lo que significa que las personas deben tener la oportunidad de vivir en paz y dignidad en sus propios países.

San Vicente de Paúl y el mensaje del Papa se cruzan en su compromiso de servir a los menos afortunados, abordar las causas profundas del sufrimiento y fomentar un sentido de responsabilidad global. Estas conmemoraciones sirven como un poderoso recordatorio de nuestro deber colectivo de prestar atención y comprometernos a acompañar a quienes experimentan la pobreza y la difícil situación de la migración, manteniendo vivos los valores de empatía, solidaridad y servicio encarnados por San Vicente de Paúl para las generaciones venideras.

Mientras reflexionamos sobre estas ocasiones significativas, escuchemos el recordatorio del Papa de las palabras de Jesús (Mateo 25): «Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber, fui forastero y me recibiste…” y esforcémonos por vivir estas palabras a través de nuestras acciones en un mundo donde la compasión y la solidaridad son más necesarias que nunca.

[1]BBC (2023), recuperado de https://www.bbc.co.uk/news/world-africa-66838559