El humo de las drogas, el zumbido del alcohol, el sexo y el rocanrol. Vincent no piensa, Vincent se siente libre, Vincent se divierte. Los días pasan y se desarrollan como fichas de dominó, imposibles de detener. La diversión rápidamente da paso al sufrimiento, al dolor y a un vacío que sigue creciendo y es imposible de ignorar.

Sin trabajo ni hogar, lo único que importa es sobrevivir hasta el amanecer de un nuevo día. En agosto del 2018, Depaul USA abrió el primer proyecto de 13 Casas en Little Rock. Vincent es recibido con los brazos abiertos para reconstruir una vida que parecía perdida.

 

Soy esa luz que brilla con fuerza propia

 

Yo era joven y pensaba que vivir salvajemente con el sexo, las drogas y el rocanrol era genial.

Creía que tenía todo bajo control, pero la realidad me golpeó fuerte y descubrí que no tenía el control en absoluto. Cuando me di cuenta, las cosas habían ido cuesta abajo. Pronto terminé sin hogar, durmiendo en el bosque, cerca de una iglesia o durmiendo en el sofá de alguien.

Cuando me quedé sin hogar por primera vez, mis únicos pensamientos eran drogarme y dónde encontraría mi próxima bebida. Durante ese tiempo, no había esperanza. No estaba bien ni mental ni físicamente. Cada día era una constante lucha para descubrir cómo conseguir mi próxima dosis y sobrevivir. Cada noche era sólo una batalla por sobrevivir, pedir ayuda en un refugio, encontrar un lugar temporal para dormir con la esperanza de que ningún mapache o perro salvaje viniera a atraparme mientras estaba en las calles. Se trataba sólo de perseverar, ya no se trataba de vivir.

Depaul, especialmente Jericho Way, llegó a mi vida cuando ya estaba en un programa de recuperación. Me dieron esperanza. Mandy Davis habló sobre la Campaña 13 Casas y parecía una salida. Depaul me dio herramientas y me dijo: «Estamos aquí para ayudarte». Me dio tranquilidad saber que alguien se preocupaba por este tipo de la calle. Me mostraron que podía cambiar, a pesar de que era un «extraño», a veces maloliente, sin nada más que yo mismo. Depaul simplemente dijo: «Oye, te entendemos».

La mejor parte fue cuando me ayudaron a conseguir una casa. No tuve que luchar ni ahorrar. El Proyecto 13 Casas llegó en el momento adecuado. Cuando me entregaron las llaves, lo sentí real. Era como la luz del sol y me di cuenta de que no era un sueño. No tuve que luchar ni pelear para conseguirlo. La gente decía: «Te entendemos».

Tener una casa lo cambió todo. Hacer la cama y ducharme: cosas sencillas me hicieron sentir humano otra vez. Ir a trabajar y volver a mi casa, encender la calefacción o el aire, es difícil de explicar, pero es pura alegría y amor.

Mirando hacia adelante, mi futuro es fantástico. Quiero seguir caminando por este camino positivo y ser una luz como dicen las escrituras. Depaul me dio esperanza y la gente lo ve. Preguntan: «¿Sigues en la casa?» Yo digo «Sí» y están orgullosos. Mi objetivo es seguir creciendo, viviendo en paz y demostrando que el cambio es posible.

Para aquellos que están pasando por lo que yo pasé, quiero decirles: no se rindan. Pidan ayuda. Es difícil ser vulnerable, pero hay una salida. Mírame, tengo un hogar. Hay personas como Depaul esperando para ayudar. No te rindas.

Hablando sobre sinhogarismo, debemos centrarnos más en el aspecto mental. No se trata sólo de drogas y alcohol. Mucha gente necesita ayuda con su salud mental. Necesitamos abordar eso. Y nunca dejes de dar dinero. Si has dado un millón de dólares, la próxima vez da 2 millones. La ayuda está marcando la diferencia, pero aún necesitamos más. Abordemos la salud mental de aquellos que experimentan el sinhogarismo y sigamos ayudando. Esa es la clave.